HISTORIA
Las semillas del anís
constituyen una de las especias más antiguas; la planta fue cultivada ya por los
egipcios, y más tarde por los griegos y los árabes. El antiguo nombre árabe de esta
hierba era anysum, del que derivan el griego anison o anneson y el latín anisum.
Dioscórides consideraba que el anís egipcio era inferior al cultivado en Creta. Se le ha
atribuido el poder de desviar la mirada del diablo y de evitar las pesadillas. La planta
ya es mencionada en el evangelio de San Mateo y la parte relativa a los diezmos de la ley
Mosaica. En la Edad Media fue muy empleado como especia y como medicina carminativa, y fue
también un ingrediente importante de varios afrodisíacos. En los últimos años su
empleo como aromatizante ha disminuido debido a su elevado precio, y muchas veces es
sustituido por el anís chino (Illicium verum Hook).
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USO CULINARIO
Las semillas se agregan a ciertos
tipos de pan y de pasteles, y se utilizan en la preparación de algunos platos hindúes.
El anís estrellado (Illicium verum), un arbolillo tropical, tiene un sabor casi idéntico
al de la Pimpinella anisum. También es utilizado en la elaboración de licores. |